A pesar de la situación complicada en el ámbito internacional, las exportaciones de telas y ropa peruana al mercado global han mostrado una tendencia al alza en los últimos años. Para este año, la industria enfrenta nuevos desafíos con una actitud positiva. Conozcamos un poco más acerca del movimiento de las exportaciones del sector textil en los próximos meses.
Historia del sector textil
La historia de la industria textil y de confecciones en Perú es antigua. Hace unos 6,000 años, los antiguos peruanos ya estaban lidiando con los camélidos andinos y descubrimos telas de algodón en la huaca Prieta, en la región La Libertad, que datan de más de 2,500 años antes de Cristo.
En la actualidad, la industria textil y de confecciones es clave en el sector manufacturero del país. Las prendas y textiles peruanos hechos con algodón pima, fibras de vicuña y alpaca tienen un valor más alto y una posición destacada en el mercado global.
A pesar de algunos altibajos, esta actividad productiva ha ido en aumento en el presente milenio. En el año 2000, las exportaciones textiles peruanas superaban ligeramente los 200 millones de dólares y las de confecciones alcanzaban cerca de 500 millones de dólares.
Gracias a los tratados de libre comercio (TLC), las exportaciones peruanas de textiles subieron a 387 millones de dólares en 2010 y alcanzaron su punto máximo en 2014 con 620 millones de dólares. En 2022, se ubicaron en 477 millones de dólares, un poco más que en 2021 (458 millones).
En cuanto a las prendas de vestir, dieron un salto significativo en 2010 al llegar a los 1,173 millones de dólares, superando el récord de 1,612 millones en 2008. Para el cierre de 2022, alcanzaron los 1,358 millones de dólares, superando el 2021 (1,107 millones).
Javier del Carpio, profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad ESAN, resalta la contribución del sector textil y de confecciones a la economía peruana, no solo por los cerca de 400,000 empleos generados, sino también por su conexión con otros sectores como la agricultura, la ganadería, la industria química, la del software y la plástica.
Julio Pérez Albán, presidente de la Asociación de Exportadores (Adex), destaca la creciente aceptación de la oferta exportable peruana, especialmente en Estados Unidos, que representa el 67% de las ventas peruanas en este rubro.
Sector textil en el contexto global
Juan Carlos Mathews, ministro de Comercio Exterior y Turismo, elogia la resistencia de las exportaciones del sector textil y confecciones en un contexto global de desaceleración. Destaca el récord de exportación en 2022, que alcanzó los 1,800 millones de dólares, la cifra más alta en los últimos cinco años.
A pesar de los éxitos, el presidente del comité textil de Adex, Juan José Córdova, señala que la industria textil peruana enfrenta desafíos en 2023, incluyendo el exceso de inventario a nivel mundial. Anticipa una disminución del 20% al 30% en las exportaciones durante este año, aunque espera una corrección positiva en 2024.
En el ámbito local, los confeccionistas en Gamarra también han sentido el impacto de factores internos e internacionales, así como el clima «caluroso» que ha afectado las ventas proyectadas. La presidenta de la Asociación Empresarial Gamarra Perú, Susana Saldaña, menciona que antes de la pandemia, lograban ventas por 6,600 millones de soles, pero esperan alcanzar solo 4,000 millones este año.
Como parte de los esfuerzos para la reactivación económica, el gobierno ha presentado un proyecto de ley para impulsar el sector textil y de confecciones mediante incentivos tributarios para la adquisición de maquinaria y la contratación de nuevos trabajadores.
A pesar de los desafíos, Juan José Córdova, presidente del comité textil de Adex, destaca la necesidad de mirar hacia el futuro con optimismo y buscar generar más empleo formal en el país.
En cuanto a acciones para impulsar el desarrollo y posicionamiento internacional de la industria textil y de las empresas de confección peruanas, Javier del Carpio sugiere varias líneas de acción, como apoyar a las pequeñas empresas, fomentar la asociación entre ellas, promover la relación entre instituciones educativas y empresas para transferencia tecnológica, desarrollar productos orgánicos y crear escuelas de moda y diseño orientadas a mercados de exportación.